BITEXTUALES Transcreation ¿Cómo construir personajes creíbles?

¿Cómo construir personajes creíbles?

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La construcción de personajes verosímiles se asienta en la base de hechos y contextos. Esto implica que el escritor debe convertirse en historiador e investigador de los tiempos en los que sus textos toman vida.

Tomemos un ejemplo: imaginemos que estoy escribiendo una escena inspirada en una vieja historia que mi abuelo solía contarme cuando niño y que él, a su vez, escuchó del padre de su padre en sus años mozos. Asumo que la historia es verdadera y decilo darle forma con una estampa.

La escena toma lugar en un pueblo en la frontera entre Estados Unidos y México, a mediados de 1880, en una cantina llena de matones. Cuatro de ellos juegan a las cartas, con el dinero que han obtenido después de un robo a una diligencia en el pueblo vecino. El alcohol, el tabaco y las mujeres corren como río, de mano en mano. Para inmortalizar el momento, antes de que ellos mismos sepan que todo terminará a balazos, los cuatro forajidos mandar a llamar a un fotógrafo y se hacer inmortalizar en un daguerrotipo. Los cuatro sonríen, mostrando sus pocos y lustrosos dientes, al sonido de la pólvora que se quema.

Pero, hay un pequeño problema con esta descripción. Esas risas. Las primeras fotografías fueron tomadas a finales de 1820, y a lo largo del resto del siglo esta forma de captura sufrió evoluciones como una herramienta práctica, forma artística y actividad social. La gente, sin embargo, se negaba a dejar atrás los retratos posados y darle paso a la instantaneidad de la fotografía. Algunos historiadores señalan que este acto de condescendencia no empezó a tomar forma hasta las décadas de 1920 y 1930. 

Hay dos teorías por las que la gente podría no sonreír más allá de lo obvio, que era el hecho de que no estaban acostumbrados a hacerlo. Una de estas razones era que sus dientes podridos tomarían el estrellato de la imagen; la otra, porque se creía que -como se acostumbraba en los retratos-, tomarse una foto era un acto de solemnidad. Reírse mientras te fotografiaban podría considerarse un autosabotaje, uno en el que te estabas autoretratando como a un tonto.

Si esto pasa con una escena tan burda como la de la cantina, imaginemos lo que pasa cuando la gente escribe novelas históricas, construye crónicas periodísticas, o coquetea con la ciencia ficción y sus textos no tienen base histórica.

Escribir es más que juntar palabras. Si de verdad se desea alcanzar el profesionalismo del oficio, estos pequeños detalles importan. Pienso que el lector no debe enterarse de estas pesquisas. Ahí radica la belleza de esto, que las costuras de tu trabajo nunca se vean.

Pensemos por un momento cómo plasmaríamos mejor el lenguaje de los niños si quisiéramos que uno de nuestros personajes principales tuviera esa esencia. La clave estaría en estudiar a cuánto infante tuviéramos acceso y con este conocimiento construir a nuestro sujeto de interés. 

En la descripción de este episodio dejaré un texto y un video de Cuentos de Cipotes, un compendio de relatos del autor salvadoreño Salarrué. El escritor aprovechó el hecho de vivir, durante algunos años, en una hacienda propiedad de su familia, para investigar cómo es que los niños contaban sus historias. El resultado fue la creación de un lenguaje propio y una visión más fresca de la realidad infantil convertida en cuentos.

¿Cómo es esto posible? Hay que pensar como detectives y seguir las pistas que el texto nos pide. No es que todo lo que se descubra vaya a ir en la obra, pero eso nos dará autoridad para crear mundos y realidades más sólidas. A mí me ayuda pensar en términos cinematográficos… de hecho un día hablaremos de eso en otro episodio. Los trabajos más memorables de cine llegan a tener su estatus gracias a las excavaciones forenses que los directores y escritores realizan tras bambalinas. Por eso las llamamos obras maestras.

Por cierto que hay un mito creativo sobre el director japonés Akira Kurosawa de quien se dice pasaba meses estudiando los últimos minutos de la vida de una persona para luego reproducir ese mismo efecto en la gran pantalla. Verdad o fantasía, eso te lo dirá el texto.

Como siempre, podés mandarme un mensaje o ideas de temas a dmurcia@bitextuales.com. Suerte.

Cuentos de Cipotes: http://bit.ly/2h4WiWr 

La Primeritita Comunión de Menchedita Copalchines: http://bit.ly/2g998hG 

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